¿Me atreveré con los palillos?

¡Claro que os atreveréis! Es más, si no lo habéis hecho ya os animamos a que descubráis las delicias de la comida japonesa y sus tradiciones en la mesa, que son tan ricas como interesantes. Desde hace unos años, la comida japonesa experimenta un auge que ha ayudado, entre otras cosas, a que dejemos de considerarla simplemente como “pescado crudo” y vayamos descubriendo los mil y un sabores y texturas que ofrece.

En este caso, sin embargo, queremos haceros un pequeño tour rápido por la mesa japonesa, para que no se os escape ni un detalle a la hora de manejaros con los palillos. Los japoneses son una sociedad muy avanzada, técnicamente, pero muy amantes de las tradiciones, el ceremonial y la etiqueta.

Por ejemplo: nunca los frotéis entre sí ni los clavéis en el arroz; los palillos deben apoyarse en la pieza de cerámica que encontraréis en la mesa precisamente para eso. Cogedlos por la base inferior, no por la mitad, y si los dejáis de usar dejadlos uno al lado del otro, nunca cruzados. Y cuando acabéis de comer, ponedlos encima del cuenco de soja, nunca sobre la mesa o el plato. A la hora de compartir los platos (costumbre muy arraigada) no cojáis cada bocado directamente del plato central: lo suyo es servirse cada uno su ración en el plato y comer de allí. Por motivos de higiene  se recomienda que, a la hora de servirse la comida, use utilice la parte inferior de los palillos (por donde los cogemos), y que no se laman nunca: su única función es sostener la comida.

Si coméis sushi, mojad la parte del pescado en la salsa de soja, no el arroz. Y aunque mucha gente lo haga, no hay que disolver el wasabi (la pasta verde picante) en la soja, sino servirse una pizca encima de la pieza de sushi. Además, podéis partir la comida pellizcándola con los palillos, pero nunca usarlos como si fueran un cuchillo o un tenedor, o pegarle un bocado y dejar el resto en el plato.