Cómo conservar setas

Las setas frescas deben consumirse inmediatamente porque aguantan poco después de perder el contacto con la tierra. Pero si tienes excedentes o ves imposible consumirlas en uno o dos días, hay diversas formas de conservarlas para que no se nos echen a perder.

  • Desecadas. Límpialas con un paño (no bajo el grifo) y córtalas en rodajas de unos 4 milímetros de espesor. Luego extiéndelas sobre una superficie por la que corra el aire, pero donde no pegue el sol, y cúbrelas con una tela de mosquitero para protegerlas de los insectos, dándoles la vuelta de vez en cuando. Una vez secas, guárdalas en tarros. Para cocinarlas sólo tendrás que remojarlas en agua.
  • En aceite. Lávalas bien, sumergiéndolas unos 2 minutos en agua hirviendo y dejándolas enfriar. Luego aromatízalas con sal y algunas hierbas a tu gusto, y sumérgelas en aceite de oliva en un frasco hermético. Se suele hacer con setas grandes y de mucha carne.
  • En vinagre. Límpialas y cuécelas unos 2 minutos en una mezcla de vinagre (principalmente), agua, sal, pimienta y laurel. Mételas en un tarro y cúbrelas con el líquido, colado en el que las has cocido.
  • Congeladas. Lávalas, córtalas en rodajas y mételas unos 2 minutos en agua hirviendo (aunque también se pueden congelar crudas). Luego escúrrelas, sécalas con un paño y mételas en bolsas para congelar Aguantarán entre 6 y 8 meses.
  • En sal. Limpia las setassécalas y mételas en tarros alternando una capa de setas con otra de sal gorda. Asegúrate de que la última capa es de sal y mantén el tarro en un lugar fresco. ¡Lávalas bien antes de consumirlas si no quieres acabar con las existencias de agua!

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