Es inevitable que nos fijemos en el aspecto de las comidas. Un plato bien presentado siempre nos apetecerá más que otro con los mismos alimentos amontonados. Aún así, solemos dejar la decoración para ocasiones especiales… La verdura hervida, los espaguetis o el pollo al horno también se merecen una presentación decente. ¡Coloca bien la comida en el plato, añádele alguna especia para darle un toque de color y disfrútala como si fuera un día de fiesta!
Parece mentira, pero conseguir comidas sugerentes cuesta un esfuerzo mínimo. Presta atención a los siguientes trucos:
Motivar a los más pequeños
La mejor táctica para evitar dolores de cabeza a la hora conseguir que los niños coman bien es, sin duda, convertir sus comidas en algo divertido. Para conseguirlo basta con implicar a los pequeños de casa en la elaboración de las recetas: además de explicarles los alimentos que usaremos y los diferentes pasos que vamos realizando, podemos dejar que troceen el perejil con las manos, que añadan el aceite, que mezclen los ingredientes y que decoren los platos.
Realizando una presentación graciosa de la comida creerán que siguen jugando y comerán más a gusto. Medio tomate encima de un huevo duro y algunas hojas de lechuga alrededor serán una deliciosa seta en medio del campo, y un montoncito de arroz blanco, una oveja… Prueba también a innovar comprando pasta de formas diferentes. Todo suma para que los pequeños se diviertan a la vez que comen de forma saludable.