Entre los platos más antiguos de la gastronomía de países de todo el mundo destacan las recetas con carne de caza. En España, la más consumida es la de ciervo, jabalí, conejo y perdiz. Este tipo de carne se caracteriza por presentar un color más oscuro que la carne de granja, por su sabor más intenso y por su textura más firme y fibrosa.
¿En qué se diferencia?
Pese a que la composición nutricional de los animales de caza es variable, en general su carne tiene menos grasa, más proteínas de alto valor biológico y es rica en hierro, fósforo, magnesio y potasio. Una de las ventajas de la carne de caza es que carece de residuos hormonales, aunque sí pueden contener metales pesados asimilados por el animal a través del agua, del alimento o por el plomo de la munición (aunque la caza comercializada pasa rigurosos controles que evitan estos riesgos). Se trata de una carne saludable, pero contraindicada para quienes sufren enfermedades como la gota,debido a la elevada concentración de ácido láctico en el músculo de los animales. Asimismo, siempre debe ser consumida en el marco de una dieta equilibrada.
De pelo y pluma
Las aves silvestres contienen proteínas de mucha calidad, grandes cantidades de hierro, zinc y vitaminas y muy poca grasa. Entre las piezas de caza destacan: