¡Cómete una Navidad baja en calorías!

Las comilonas navideñas suelen pasar factura. Aperitivos, entrantes, plato principal, guarnición, postres y dulces, todo ello acompañado de refrescos, vino o champán, componen un menú clásico de Navidad. La mayoría de la recetas suelen estar cargadas de calorías y no siempre equilibramos los menús como deberíamos. Como consecuencia, son habituales las indigestiones, la pesadez y ganar unos kilos de más durante las fiestas. ¿Se puede evitar? Sí. Sólo hay que moderar la cantidad de comida que ingerimos, aligerar las recetas y compensar en la cena lo que comemos al mediodía.

Lo típico: variedad y cantidad

Los culpables de que estemos llenos antes de empezar con los platos principales son losaperitivos: canapés, encurtidos, patés, alimentos fritos, embutidos, quesos… Todos estos alimentos son una auténtica explosión calórica, a la que hay que sumar las bebidas, el pan, los platos principales y el postre. Con todo este despliegue de comida, parece inevitable que aparezcan problemas digestivos y que ganemos peso.

Más vale prevenir…

Si planificamos nuestro menú de fiesta con antelación y calculamos las grasas y calorías que tiene cada plato, podemos preparar comidas menos contundentes y más equilibradas.

- Hay que combinar recetas bajas en grasa con platos más pesados acompañados de verduras hervidas, asadas, al vapor o a la plancha.

Reduce las salsas, fritos, quesos y embutidos (tienen un elevado contenido de grasas) y opta por alimentos a la plancha o al vapor.

Modera la ingesta de aperitivosbebe agua en las comidas y reserva el alcohol para los brindis.

- Como postre, sirve pequeñas cantidades y deja el resto en la cocina por si alguien quiere repetir.

¡Cómete unas Navidades sanas y ligeras!

- El marisco es una de las ventajas de los menús clásicos. Las gambas, langostinos, mejillones, almejas, bogavantes, percebes u ostras son pobres en calorías y, cocinados a la plancha o al vapor, se convierten en un entrante saludable y sofisticado.

- Las sopas (de ave, pescado o marisco), cremas de verduras (vichyssoisse, setas o calabaza) y los consomés son también una buena opción a la hora de aligerar una comida.

- Los platos principales tradicionales (como el pavo relleno, el cordero o el cochinillo) deben cocinarse al horno con el mínimo de grasa posible, y se recomienda sazonarlos con hierbas aromáticas que aporten sabor y hagan nuestra digestión menos pesada.

- Las brochetas de cigalas, espárragos y champiñones; los langostinos al horno macerados con coñac; el carpaccio de bacalao con hierbas aromáticas, o el cordero al horno con cuscús son otras propuestas sanas para unas Navidades ligeras.

Y además…

Aparte de preparar un menú más ligero, para evitar los estragos de las fiestas es imprescindible practicar ejercicio físico a diario (sal a pasear durante una hora, sube y baja las escaleras a pie, baila, juega con los niños…) y compensar las comidas (si has comido mucho al mediodía, cena algo ligero –y viceversa–: una sopa de verduras, una ensalada verde, un yogur con confitura…).


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